El eco del nido

Escrito el 03/10/2025
Sofía Mendoza Hernández


Cuando el nido queda vacío; para el amor y las parejas.

Hay un momento en la vida de muchas madres y padres en que la casa se vuelve más silenciosa. Las puertas ya no abren con la misma frecuencia, los platos se reducen, los cuartos quedan en calma….

Los hijos crecen, y la vida hace lo que tiene que hacer: fluir hacia adelante. Esta fase se ha llamado tradicionalmente el nido vacío.

Sin embargo, desde la mirada de Constelaciones Familiares, no se trata de un vacío, sino de un acto profundo de amor y confianza en la vida.
 




El nido no está vacío, está lleno de historia y de amor.

Desde la visión sistémica, ese espacio que los hijos dejan al partir no está vacío realmente.

Está lleno de lo vivido, de lo entregado, de lo sembrado. Está lleno de amor que los padres ofrecieron, del cuidado, de las noches en vela, de los aprendizajes compartidos, de los silencios, de las despedidas y abrazos.
 


"El nido no está vacío, está completo. Porque el propósito del amor de los padres no es retener, sino preparar para el vuelo a los hijos"


Uno de los principios fundamentales en la mirada sistémica es el orden: los padres dan, los hijos reciben.

Los padres son los grandes, los hijos los pequeños, y los hijos, cuando están listos, miran hacia la vida.

Cuando los hijos se van, no están abandonando a sus padres. Están honrando lo que recibieron, y haciendo algo con ello. Están diciendo…. “Gracias por darme tanto, ahora camino con eso hacia mi propio destino”

Cuando los padres retienen a los hijos, ya sea emocionalmente, con culpa o con sobreprotección, están interrumpiendo el movimiento NATURAL DE LA VIDA.

El verdadero amor dice…
 


“Ve a tu camino, yo estaré bien. Confío en ti. Y confío en la vida que te sostiene”.


Esto es uno de los actos más grandes del amor de padres, soltar con confianza, sin manipulación ni tristeza estancada, reconociendo que la misión como padres fue cumplida.

Cuando los hijos se van, se abren nuevos espacios muchas veces cuando los hijos parten los padres se preguntan. “¿Y ahora quien SOY, si ya no me necesitan?”